Las ventanas del Hospital Civil de Culiacán fueron cubiertas como medida preventiva ante posibles balaceras o ataques en el exterior de la unidad médica, reveló el director del sanatorio, Everardo Quevedo, luego de los hechos ocurridos a finales de agosto.
El 29 de agosto, la fachada del hospital fue blanco de un ataque armado. Los agresores dispararon en múltiples ocasiones desde la avenida Álvaro Obregón. En el lugar murieron cuatro personas, identificadas como Víctor, de 32 años; Rubén, de 61; y José Ramón, de 38. Además, cuatro más resultaron heridas, entre ellas Brianna, de 13 años; y Víctor Antonio, de 47
El director del hospital explicó que el ataque los llevó a reflexionar sobre la vulnerabilidad del edificio, ya que los proyectiles estuvieron muy cerca de ingresar al área de urgencias.
“Todos los fallecidos estaban por el rumbo de la entrada de urgencias; las balas que se estrellaron en la pared estuvieron a punto de entrar a la sala. Si eso hubiera ocurrido, el número de víctimas habría sido mayor”, declaró Quevedo.
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